Tan sencilla y
profunda como el mar
1er. lugar Concurso de lectura "Maestro que lee, alumno que lee"
1er. lugar Concurso de lectura "Maestro que lee, alumno que lee"
El viejo y el mar nos cuenta la historia de Santiago,
un viejo pescador cubano aficionado al béisbol, el cual, tras casi tres meses
de infortunios en el mar Caribe, y animado por su joven compañero Manolín, al
fin logra atrapar un gran pez atravesando una serie de dificultades. Los hechos
transcurren de la forma siguiente:
- Partida (ADVERTENCIA: AVISO DE SPOILER)
- Travesía (ADVERTENCIA: AVISO DE SPOILER)
- Regreso (ADVERTENCIA: AVISO DE SPOILER)
No nos olvidemos de las cuestiones
que nos plantea Hemingway por medio de este relato: dibuja una pujante sociedad
latinoamericana que rechaza el fracaso de manera categórica, afrontando las
problemáticas que presenta la vida, sobre todo aquellas que vienen con la vejez,
tema tratado francamente (y así lo entiendo yo), al que el autor hace
particular énfasis, motivado quizá por la propia experiencia personal del
mismo, quien cumplía cincuenta y tantos al momento de la primera publicación.
Habría que ser realmente mezquino si
se enfoca uno a pensar en la
insuficiencia descriptiva de los paisajes, las tradiciones de la población
pobremente abordadas y el desprolijo retrato del contexto social, ya que como
una fábula en sí, el autor trata de enviar un mensaje, claro y preciso, sin
ánimos de engrosar el manuscrito ni de distraerse en asuntos triviales distantes
al punto neurálgico que se persigue.
Concluyo diciendo que El viejo y el mar, a pesar de su
aparente sencillez, siendo así una lectura agradable, ágil, inspiradora (recomendable
para cualquier tipo de público), además de su intensa carga emotiva, logra
enteramente el propósito de invitar al lector a una seria reflexión de la
propia vida: aceptar las dificultades y enfrentarlas con entusiasmo.
Le doy un 8 de 10.
H.G.
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