160 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE SALOMÉ UREÑA

Breve reseña biográfica

Nace en Santo Domingo el 21 de octubre de 1850, hija del señor Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León. Su educación comienza en el hogar, con su madre quien le ensaña a leer junto a su tía Nana. Continúa sus estudios de nivel básico en pequeñas escuelas. Más tarde, estudió idiomas, y gracias al amor a los libros, adquirió una elevada preparación académica.

Se casó en 1880 con el escritor y educador Francisco Henríquez y Carvajal con quien procreó cuatro hijos.

La vida de Salomé Ureña se centra en su obra como poeta, madre y educadora.

Como muestra de su talento, veamos un fragmento del poema titulado “Mi Pedro”:

Amante de la Patria, y entusiasta,
El escudo conoce, en él se huelga,
Y de una caña, que transforma en asta,
El cruzado pendón trémulo cuelga.

Así es mi Pedro, generoso y bueno
Todo lo grande le merece culto;
Entre el ruido del mundo irá sereno,
Que lleva de virtud germen oculto.

Como poeta

Su labor literaria comienza a los quince años. Sus poemas, inspirados en su más elevado sentido patriótico, se consideran obras maestras, siendo la más viva expresión de la poesía dominicana frente a las crisis políticas de nuestra historia, momentos en que la vida política y social se ven caracterizados por las luchas civiles y militares de la época.

Como muestra de su gran amor a la Patria, veamos una estrofa del poema titulado “Quisqueya”:

¡Quisqueya! Tú, la libre
Del antillano piélago en las olas
La que el perdón tremolas
De las naciones que la gloria exalta:
¿Cuándo será que en el espacio vibre
La fama de tu gloria en voz más alta?

Como educadora

Su gran sentido de patriotismo la hizo comprometerse con la formación y educación de la mujer, sector que era discriminado por la cultura de la época.

Fundó junto con su esposo el Instituto de Señoritas, primer plantel femenino de enseñanza de donde se gradúan numerosas maestras normales que se integran a la vida productiva de la época.

Como muestra de su vocación de educadora, veamos un fragmento del poema dirigido a los jóvenes, titulado “La gloria del progreso”:

¡Oh juventud, que de la Patria mía
Eres honor y orgullo y esperanza!
Ella entusiasta su esplendor te fía,
En pos de gloria al porvenir te lanzas.

Haz que de ese profundo
Y letárgico sueño te levante,
Y, entre el aplauso inteligente, al mundo
El gran hosanna del progreso cante.

Muere el 6 de marzo de 1897, recibiendo a través de los tiempos las más muestras de afecto y reconocimiento por parte del pueblo dominicano por su labor de educadora y poeta.