El nerd del gueto en el fin del mundo

¿Puede un dominicano ser un personaje original, divertido, deprimente y adictivo? Pues en el mundo de la Literatura, no veo un "no". Y es que Junot Díaz, dominicano residente en Estados Unidos, nos muestra un lado más del dominicanyork mediante alguien como Óscar: una obra con la cual se hizo famoso, se convirtió en un bestseller internacional  y ganó el Pulitzer de Novela (premios dedicados a los mejores escritos  en periodismo, Literatura y composición musical) y lo tiene muy bien merecido.

Mediante el uso de relatos cortos, capítulos por personaje y una exquisita calidad literaria, llegó a emocionarme y hacerme abandonar el libro que tenía desde hacía un mes antes. Y saben, no me arrepiento de ello, pues Óscar es un personaje digno de leer. Me sentí identificada hasta un punto obsesivo con él, un nerd que le cuesta abrirse y expresarse con otras personas y prefiere ese mundo de los libros y juegos que es mucho mejor que el mundo real, pero que conste, todo lo bueno tiene su precio; en su caso, no ligar jevitas como típico dominicano, pero a lo que voy es que me enamoré. Me enamoré de Óscar, lo confieso; lloré en ciertas partes (no te miento) y hasta llegué a odiar a Junot (lo juro).

Abarcando tres generaciones de la familia Cabral, así como allegados y amigos de Óscar, nos hunde en la tristeza del Trujillato, la época de los 80’s y 90’s  en New York y República Dominicana y el Universo Marvel. Un consejo: si vas a leerlo y crees que está ambientada en nuestro tiempo, bájate de esa nube antes de que sea tarde; no te preocupes si no entiendes, Junot te da las explicaciones como todo un profesional, y además hay un glosario en la parte de atrás.

A todos estos hechos tristes, Junot te pone una explicación muy original y hasta un tanto divertida, el fukú que es una maldición y el hecho de que la familia de Óscar sea quien cargue con ella.

Yo le daré un 9 de 10.
Natalia Rodríguez