8. La inteligencia lingüística o verbal

A «Lili Buena Charla» le gusta mucho leer y, aunque tenga preferencias por ciertos temas, prefiere leer cualquier cosa a no leer nada. En verdad, no sabe permanecer sentada en ningún lugar, ni incluso en el baño, sin tener alguna revista o libro en la mano. Le gusta conversar y admira a las personas que hablan bien y elaboran bellas frases. Sabe apreciar la letra de las canciones que escucha, queda encantada con algunos de los versos y siente que la vida no es nada sin una pizca de poesía. En un ser hablante y no pocas veces se pregunta si en ciertas ocasiones no debería cerrar un poco la boca. Si no fuera lo que es, le gustaría ser escritora, predicadora o, incluso abogada que defendería con brillo algunas causas importantes. Las personas que, como Lili, muestran sensibilidad a la estructura, sonido, significado, funciones y belleza de la palabra oral y escrita demuestran una marcada Inteligencia Lingüística o Verbal.

La inteligencia verbal o lingüística es la capacidad de usar las palabras de manera efectiva al escribirlas o hablarlas. Describe la capacidad sensitiva en el lenguaje hablado y escrito, la habilidad para aprender idiomas, comunicar ideas y lograr metas usando la capacidad lingüística.

Es evidente que la expresión de esa inteligencia, cuando se manifiesta en personas más estimuladas por la educación, caracteriza a genialidades como las de Shakespeare, Dante Alighieri, Cervantes, al igual que muchos periodistas radiofónicos, abogados y, principalmente, poetas y narradores.

La inteligencia lingüística o verbal representa un instrumento esencial para la supervivencia del ser humano moderno. Para trabajar, desplazarse, divertirse o relacionarse con el prójimo, el lenguaje constituye el elemento más importante, y algunas veces, el único de la comunicación. Pero no todas la personas utilizan plenamente ese potencial; algunos, debido al limitado vocabulario que conocen, no pueden permitirse formas de comunicación más complejas que toscos recados, breves comentarios y limitadas informaciones de opinión debido al pequeño alcance que manifiesta su inteligencia verbal.

El desarrollo de la inteligencia lingüística o verbal se inicia con el balbuceo de los bebés, en los primeros años de vida. Hacia el inicio del segundo año, la ventana de la inteligencia lingüística parece abrirse con fuerza y el niño no sólo desarrolla un vocabulario expresivo, sino que, junta palabras en frases con claros significados. A los tres años, la palabras se transforma en un vehículo transmisor del pensamiento, y hacia los cuatro o cinco, el niño es capaz de expresarse con una fluidez que se identifica mucho con el habla adulta, aunque en algunos casos, la inteligencia corporal ayude con expresiones faciales y gestos a la búsqueda de la claridad en esa expresión verbal.

El estímulo de la inteligencia verbal es notorio en ambientes que hacen uso de palabras y que se relacionan con múltiples conversaciones. Un niño que crece en una casa o en una guardería muy silenciosa, probablemente tendrá limitaciones de expresión verbal mucho más evidentes que los niños que se desarrollan en hogares con muchos hijos y que por tanto, están en contacto con estimulantes ocasiones parlantes. De esta observación se concluye que un modo de estimular al niño consiste en hablar bastante con él, atento a la expresión de sus opiniones. Contarles relatos a niños y cantarles canciones infantiles, desde la primera infancia, constituye una práctica excelente para que puedan ampliar sus inteligencias lingüísticas.

En las aulas, mostrarán al poco tiempo la necesidad de ampliar la longitud de las frases, debido al crecimiento de la capacidad de los niños para elaborar imágenes con palabras, por eso es importante que el niño escriba y lea. El concurso de diarios, cuentos o poesías, para los que queden mejor redactados es un estimulante principio de inmersión para el descubrimiento del sentido de las palabras, al igual que el juego de palabras por el teléfono, reescribir la noticia del periódico o el paseo o excursión por el diccionario. Esto para los estudiantes en etapa intermedia. Para los del nivel medio el análisis literario es una herramienta que no debe faltar en la clase de lengua y literatura.

Las acciones que el cerebro realiza durante el desarrollo de la inteligencia verbal se ubican en ambos hemisferios cerebrales (derecho e izquierdo).

9. La inteligencia musical o sonora

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