El fanfic oficial de Harry Potter 
A casi dos décadas de que el mundo conociera lo que sería el fenómeno editorial más contundente de la historia reciente de la Literatura posmoderna, me refiero a “Harry Potter”, por supuesto (450 millones de copias en 14 idiomas y contando), además de influir significativamente en la cultura universal, legitimando así el prestigio del género juvenil, y atrayendo a una masa incipiente de lectores (adultos inclusive, como en su momento lo hiciera El principito de Exúpery), en épocas donde la tecnología parecía absorberlo todo, nos llega, por fin, el octavo número (y último, en palabras de la propia autora) de la afamada saga: Harry Potter y el legado maldito, después de una pausa de nueve largos años desde la última aventura del joven mago en Las reliquias de la Muerte. 
Otra de las hazañas excepcionales que también ha logrado la heptalogía es el estímulo a la creación literaria por parte de los fanáticos, que, adueñándose de la historia,  han creado un amplio colectivo imaginario, dando lugar a una verdadera revolución digital a través de los denominados fanfiction (ficción de fanáticos, literalmente), proliferando cada vez más en la Internet y contagiando a muchos a incurrir en el arte literario, ya sea por afición, algunos incluso, llegando al plano profesional. Rowling, muy gentilmente, ha apoyado estas iniciativas con la salvedad, eso sí, de que ninguno formará parte del canon. Tal es el caso de Cassandra Claire, quien escribió La trilogía de Draco, volviéndose viral en las redes (sin fines de lucro, por razones del copyright), y atrayendo la atención de las editoras, las cuales publicaron la exitosa serie Cazadores de sombras de la ya mencionada autora. Este es tan sólo un claro ejemplo que el efecto Harry Potter ha tenido en el desarrollo de la Literatura actual. Cortometrajes de alto presupuesto difundidos en Youtube (Severus Snape y los merodeadores), hasta éxitos de librería como Crepúsculo, Percy Jackson Los Juegos del hambre han sido motivados por la insólita apertura que Harry Potter ofrece al mundo de la Literatura y el entretenimiento. 
No obstante, la obra literaria que nos ocupa ha sorprendido a muchos por las curiosidades inusitadas que contiene. Para comenzar, no se trata de una novela, como las anteriores entregas, sino de un libreto teatral cuya puesta en escena se ha producido en Londres hace ya un año y, para calmar la ansiedad de los admiradores del resto del mundo (a parte del lucrativo negocio editorial, claro), se ha impreso la pieza dramática en forma de libro. Consta de cuatro actos divididos en dos partes y nos presenta a un Harry treintón, empleado del Ministerio, casado y con tres hijos. La historia inicia justo en el epílogo del séptimo volumen y nos cuenta las peripecias por las que atraviesa Albus, el segundo hijo de la Familia Potter-Weasley, explorando así distintas alternativas de cómo pudo haber sido el mundo mágico luego de la Batalla de Hogwarts. Como efecto mariposa, la narración se remonta una y otra vez a un pasado conocido en donde reaparecen nuevamente personajes importantes de la saga, como apelando a la nostalgia de los fieles seguidores, pero mitigando todas las expectativas de que algo realmente novedoso sucediese. 
Además, al lado de J.K. Rowling, la creadora, la historia original cuenta con una participación conjunta de dos autores. Se trata de los guionistas británicos Jack Thorne y John Tiffany, conocidos ampliamente en el ámbito televisivo y teatral, mas no tanto en el mundo literario. No obstante, examinando el texto, pareciera que ambos tuvieron mucho que ver en la producción del relato, haciéndose notorio una marcada ausencia de la pluma de Rowling en esta extensión de su universo fantástico. 
Frases un tanto rebuscadas y varias escenas cautivadoras, otras cómicas, por medio de los parlamentos; hacia el desenlace, intervenciones algo emotivas y alguno que otro giro inesperado son de los pocos elementos rescatables de la obra, aunque para nada memorables. Persisten en el relato, lapsus narrativos cuestionables, imperdonables contradicciones argumentales al canon hasta injustificados cambios de personalidad en personajes emblemáticos de la serie. 
En resumidas cuentas, Harry Potter y el legado maldito, ha sido el producto de intereses y demás presiones externas que buscan estirar aún más una de las sagas literarias más exitosas de todos los tiempos, pero que peca de no aportar nada nuevo a la historia y que cumple sólo con el intento de alegrar un poco a aquellos fanáticos, que como yo, hace algunos años quedamos hechizados con el fascinante derroche de magia de la varita de J.K. Rowling; acercándose más bien a un fanfic anodino que unos dramaturgos insistieron en recrear y que, debido a diversos pretextos shakesperianos (alego yo), lograron que la autora autorizase. 
Siendo benévolo, le doy un 6.5 de 10.
H.G.